La ola de calor que estamos viviendo pone a prueba los organismos más resistentes. Buena parte de España registra máximas por encima de los 40º y las mínimas están dejando lo que se conoce como “noches tropicales”. Esto dificulta enormemente el descanso y, después de varias jornadas, la salud puede resentirse, especialmente entre la población mayor y personas con discapacidad.
Según la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología, el envejecimiento altera nuestro centro de termorregulación, lo que hace que los mayores noten menos sensación de calor. Por lo tanto, desciende su percepción de sed y disminuye su necesidad de protegerse de las temperaturas extremas. Las personas mayores de 65 años, sobre todo si padecen problemas cognitivos, sobrepeso, enfermedades crónicas, dependencia física que dificulte el cambio de vestimenta o la adaptación al entorno, o toman determinados fármacos, presentan un riesgo mayor de presentar deshidratación secundaria al calor.
En cuanto la temperatura de nuestro cuerpo supera los 41º se produce lo que se conoce como hipertermia o golpe de calor, una situación que puede provocar un fallo multiorgánico con resultados mortales.
¿Qué efectos produce el exceso de calor?
Los síntomas que puede provocar el calor extremo son:
- Calambres, por pérdida de sales.
- Agotamiento, con malestar, dolor de cabeza, vómitos o sed intensa.
- Deshidratación, que conlleva decaimiento y sensación de postración.
- Golpe de calor, suele presentarse con náuseas, vómitos, dolor de cabeza, piel caliente y enrojecida, temperatura corporal por encima de los 40º, inestabilidad al andar, mareos y puede llegar a provocar convulsiones y coma.
Estos cuadros pueden presentarse acompañados de desorientación y cuadros de confusión, por lo que conviene prestar especial atención ante la aparición de cualquiera de estos indicios. Para prevenirlos es muy importante seguir una serie de recomendaciones sencillas:
1. Mantener una buena hidratación, beber agua y líquidos aunque no se tenga sensación de sed.
2. Evitar el consumo de bebidas alcohólicas.
3. Planificar comidas ligeras.
4. No realizar actividad física en momentos de calor.
5. Evitar la exposición al sol, sobre todo en las horas centrales del día (entre las 12.00 horas y las 16.00 horas).
6. Mantener la vivienda ventilada y fresca.
7. Evitar la ropa ajustada.
8. Proteger la cabeza con sombreros y gorras.
9. No permanecer en vehículos estacionados.
Si a pesar de tomar todas estas precauciones observamos que una persona mayor puede estar sufriendo un golpe de calor, es fundamental actuar rápido para evitar que la situación se agrave. En esas circunstancias debemos:
- Llamar a urgencias y coordinar con los servicios de emergencias cómo proceder con el paciente.
- Poner a la persona a la sombra.
- Quitarle el exceso de ropa.
- Aplicar paños mojados en cuello, axilas, ingles, nuca y muñecas.
- Hidratar con agua fresca (no fría), a pequeños sorbos.
- Colocar a la persona semisentada con la cabeza levantada para favorecer la respiración. Si no se recupera, hay que tumbar a la persona con las piernas flexionadas.
Las personas mayores están consideradas población de riesgo ante las olas de calor, así que se debe tener especial cuidado con ellas, sobre todo si viven solas. En AYUDANIA disponemos de profesionales con experiencia en el cuidado y atención de mayores y contamos con planes flexibles que se adaptan a tus necesidades específicas. Si te interesan nuestros servicios de cuidado, puedes calcular tu propio presupuesto aquí, en un proceso totalmente on line y en apenas un par de minutos.
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